top of page

Hace algún tiempo atrás estuve estudiando el pentateuco y encontré una frase maravillosa dentro de un versículo, el  mismo habla sobre la relación que Dios quiere tener con nosotros:

 

Éxodo 19:5-6Nueva Versión Internacional (NVI) 5 Si ahora ustedes me son del todo obedientes,     y cumplen mi pacto, serán mi propiedad exclusiva
    entre todas las naciones. Aunque toda la tierra me pertenece, 6     ustedes serán para mí un reino de sacerdotes     y una nación santa.”                  »Comunícales todo esto a los israelitas.»

 

“Ahora, pues, si dieres oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.” Éxodo 19:5-6

Mi “especial tesoro” ¡qué dulce!, pero es más hermoso aun cuando lo entendemos la expresión bajo el contexto cultural que se dijo.

Los árabes y palestinos cuando viajan en caravanas guardan (o guardaban) sus tesoros en cofres, los cuales cuidaban diligentemente. Sin embargo de sus piezas o joyas, seleccionaban la que tenía más valor: diamantes, gemas, zafiros, rubíes, etc. y lo guardaban no en un cofre, sino en el centro de su pecho, a veces pendiendo de una cadena. Ellos llamaban a esa joya única y valiosa “su especial tesoro”. El guardarlo dentro de su pecho, no era sólo una manera de representar el gran valor que dicha joya tenía, sino que indicaba que, para arrebatarla de su dueño debía primero vencerle o matarle. Es decir, protegían la joya con su propia vida. 

Cuando el Señor se manifestó al Pueblo de Israel, les invitó a ser un pueblo distinto a todos los demás pueblos de la tierra: “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; te ha escogido para serle un pueblo especial más que todos los pueblos que están sobre la tierra.  No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos, sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres…“.

 Éxodo 7:6-8a

Tu  y yo somos el especial tesoro del Señor, el nos amó de tal manera, con tal intensidad que dio a su unigénito por nosotros. Unigénito significa: único en su especie, por consiguiente !Cristo no era sustituible por nada!

Esto debería animarnos, especialmente cuando sentimos que no somos especiales para nadie

Hace un tiempo conversando con un querido profesor mío, que lamentablemente era ateo, yo le dije: Usted es una persona muy especial. Él con su clásico pesimismo contestó:

“Soy una especialidad que nadie quiere”. A veces podemos sentirnos así, pero no ocurre lo mismo con Cristo. Quizás pienses que no has sido muy buen cristiano, quizás estás perdiendo la fe o te has involucrado en actividades poco piadosas, con todo Jesús te ama. No es simplemente un cliché, es verdaderamente así.

 

El dió su vida, sufrió el castigo que tu y yo merecíamos. Qué entrega tan sacrificial. Es fácil regalar un par de zapatos si tienes dos, pero es difícil dar el único par que tú tienes y quedarte descalzo para que otra persona no lo esté más. (Es una manera de explicarme).

Mira lo que dice Isaías 43

 

 

 

Pero ahora, así dice el Señor,
    el que te creó, Jacob,
    el que te formó, Israel:
«No temas, que yo te he redimido;
    te he llamado por tu nombre; tú eres mío.

Isaías 43:1 ( NVI )

 

 

 

Lee Jeremías 31:20, Oseas 14. Son algunos de mis pasajes favoritos, juntamente con Isaías 49:14 -18. No importa si te has sentido menospreciado o hasta abandonado, recuerda: Tú eres su especial tesoro.

Sin embargo cuando alguien hace algo grande por nosotros, deberíamos ser agradecidos.

El Señor nos dio su Gracia, su Cuido, su Perdón a Través de Cristo pero qué demanda de nosotros, pues no mucho en relación a todo lo que nos ha dado.

Lo que pide Jehová en Miqueas 6:

 

 6 ¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año?

    7 ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?

    8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

    9 La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre. Prestad atención al castigo, y a quien lo establece. 

En un lenguaje llano que seamos justos, que nos santifiquemos. Pero créeme que quien  más se beneficia de esto somos únicamente nosotros:

Proverbios 9:12

 Si fueres sabio, para ti lo serás;
    Y si fueres escarnecedor, pagarás tú solo.

Es cómo si alguien hiciera lo siguiente, tu negocio va a la ruina por tus deudas. Alguien se acerca a ti y se ofrece a pagar la deuda que tu habías contraído. Luego siendo tu socio, aportara todo el capital  que necesites y después de reestablecido el negocio, tu le preguntaras los acuerdos para pagarle y la  distribución de ganancias  y ésta persona te dijera  que sorprendentemente todas las ganacias son tuyas,  que él no quiere beneficios ni ganancias pero te anima a administrar tu negocio como tu quieras pero con prudencia, que él volverá un día y allí te remunerará dependiendo de cómo hayas dirigido tu empresa. ¿cómo lo administrarías? creo que tratarías de hacerlo bien, al final tu eres quien se beneficia.

Eso ocurre con Dios, él pagó nuestra deuda, nos restauró, nos suministra lo que necesitamos para sacar a flote nuestra mayor empresa, nuestra vida, a través de su Espíritu Santo, la Biblia, la Oración, la Iglesia,  Personas que nos aconsejan, las Alabanzas, sólo depende de cómo nosotros hagamos uso de esas herramientas.

 

 

 

 

“…Así como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la Palabra, a fin de presentársela gloriosa, que no tuviese mancha, ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuese SANTA y sin mancha.” Efesios 5: 25b-27

 

Si la joya que el árabe portaba, al evaluarse resultaba defectuosa o falsa, perdía inmediatamente su categoría de “especial tesoro” y era sustituida por una de mayor valor y pureza.

 ¡Gracias al Señor él no nos retira su Salvación, pues es ETERNA!, pero recuerda: “La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare el sufrirá pérdida, si bien, el mismo será salvo, aunque así como por fuego, NO SABÈIS QUE SOIS TEMPLO DE DIOS, Y QUE EL ESPIRITU DE DIOS MORA EN VOSOTROS… PORQUE EL TIEMPOR DE DIOS, EL CUAL SOIS VOSOTROS, SANTO ES”. I Corintios 3:13-17

¿Cómo estás viviendo hoy?, evalúa tus pensamientos, motivaciones, aspiraciones, palabras, sentimientos, actitudes, decisiones, reacciones, cómo está tu obediencia (a Dios y a tus autoridades), tu pureza, cómo está tu oración, cómo estás relacionándote con otros hermanos, cómo está tu predicación y ejemplo (implica también tu vestimenta, la música que escuchas).  

Especial tesoro, ¿Estás viviendo de una manera digna de ser exhibida en el pecho de nuestro Señor Jesús, como una hermosa y pura joya? ¿Evidencias Santidad?   

Él nos compró con su sangre, toda su sangre, Él merece que hagamos un esfuerzo día tras día por ser mejores hijos.

 

La Santidad definitiva la lograremos cuando seamos llevados con nuestro amado, pero mientras tanto, prácticas Colosenses 3:5 Haciendo morir lo terrenal en ti.  Yo misma estoy auto desafiándome, hay tanta perversión y maldad en mi propio corazón, pero procuro y no desisto aún de luchar, no porque tenga buen corazón, porque Él mismo provoca el Querer como el Hacer, pero Él lo merece, su sacrificio lo merece, su amor sin igual lo merece.

Especial tesoro, purifícate, entrega tu vida como un sacrificio vivo, santo y agradable. Lee 1 Juan 3:2-3

“Y todo aquel que tiene esta esperanza en él (su próxima e inminente regreso) se purifica a sí mismo, así como Él es puro”.

Y por el contrario, quien no está pendiente de su venida, no procurará santificarse, ni separarse del  mundo. No sigamos viviendo así, no sigamos siendo tropiezo, decidamos vivir como el Especial Tesoro del Señor.

“Dios, tú conoces mi insensatez y mis pecados no te son ocultos,   No sean avergonzados por causa mía los que en ti confían, Oh  Señor Jehová de los Ejércitos; No sean confundidos por mí los que te buscan, Oh Dios de Israel” salmo 69:6-7

bottom of page