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La generosidad, como acción de dar y compartir con los demás, es una cualidad que debemos fomentar. No solamente en momentos de desastres naturales, que es cuando más se necesita la ayuda humanitaria, sino como un hábito en nuestro diario vivir, los verdaderos cristianos no se quedan de brazos cruzados esperando que surjan tiempos de necesidad, sino que buscan oportunidades para actuar.

“Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.” (2 Corintios 9:11) La palabra de Dios nos dice: en toda ocasión. Dios nos dará los medios necesarios para ayudar a quienes lo necesitan, pero nosotros debemos estar dispuestos a hacerlo.

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Pablo promueve la generosidad con el siguiente mensaje: “Nunca se olviden de hacer lo bueno, ni de compartir lo que tienen con los que no tienen nada. Ésos son los sacrificios que agradan a Dios.”  (Hebreos 13:16). ¿Deseamos agradar a Dios? Ya sabemos por dónde podemos comenzar.


“Denles a otros lo necesario, y Dios les dará a ustedes lo que necesiten. En verdad, Dios les dará la misma medida que ustedes den a los demás. Si dan trigo, recibirán una bolsa llena de trigo, bien apretada y repleta, sin que tengan que ir a buscarla.” (Lucas 6:38

CONSEJOS PARA PONER EN PRÁCTICA LA GENEROSIDAD:

  •  La generosidad es más eficaz si lo que se le entrega a la otra persona es importante para ella, así que tómate un tiempo para analizar qué le agradaría recibir y luego ponte en acción.

  • Recuerda que la generosidad no se reduce únicamente a bienes materiales, seguramente un poco de tu tiempo a tu familia o tus amigos será muy bien recibido y apreciado.

  • Otras personas también trabajan en el valor de la generosidad, así que no olvides la gratitud y alguna muestra de aprecio cuando una persona se acerque a ti con algún detalle.

 

FRASES SOBRE LA GENEROSIDAD:

  • “Jamás es perdido el bien que se hace”. – Francois Fenelon

  • “La generosidad humana es un reflejo del amor de Dios”. – Doménico Cieri Estrada

  • “Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad”. – José Martí

 

TESTIMONIO SOBRE LA GENEROSIDAD

Zen Master ayudando en zona de reactor nuclear
En un pequeño pueblo de Japón, a 100 kilómetros del reactor dañado de Fukushima, vivía un Zen Master con su familia. Era un hombre de 52 años que se dedicaba a enseñar Zen a muchos alumnos en todo el mundo y era amado tanto por su esposa e hijo, como por sus alumnos.

Pero el Master tenía el corazón roto. La desgracia por la que atravesaba Japón debido al tsunami pesaba mucho en él. Ver tanta destrucción y a toda esa gente sin hogar y tratando de reconstruir todo, lo partía en dos.

Así que anunció a sus alumnos que iría a la zona del reactor nuclear a ayudar con los trabajos de limpieza y reconstrucción.

Su esposa le dijo con lágrimas en los ojos:

-Si vas a Fukushima la radiación te enfermará. ¡Te dará cáncer en unos años!

El Zen Master la miró y le dijo:

-Tengo 52 años. De todas formas en algunos años me enfermaré de cáncer o de alguna otra cosa.

La abrazó, besó a su hijo y salió a unirse a los voluntarios para la reconstrucción.

Pudiendo haberse quedado en la comodidad de su zendo, a lado de su familia y protegido de la radiación; el Zen Master lo dejó todo para ayudar y dar. A pesar de que su propia vida se le vaya entre los dedos.

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